Deseo bombardear tu corazón de ilusiones, falsas alegrías, un mundo de poesías y plantarme en él como un parásito que absorbe tu alma, día a día, de por vida, sorbo a sorbo, al igual como se bebe un licor dulce, pero no cualquier licor, uno de esos finos, uno de esos que se recuerda por años, con su sabor y ardor característicos, uno de esos brebajes que hacen que tus labios vivan por siempre en un tierno dulzor creado de ardiente rojo fuego. Tus labios, brillantes estrellas inanimadas, que solo esperan a ser probados por mi ser y por esa falsa libertad de querer besarlos siempre que quiera.
Así quiero vivir en ti, así quiero ser por siempre tuyo, una plaga que se expande segundo a segundo, minuto a minuto, muy dentro de tu ser. Un recuerdo que se instala en tu subconsciente, un recuerdo que no puede ser eliminado, un recuerdo que jamás querrás borrarlo. Quiero apoderarme de tu arte, de tus sueños, de tu esencia en sí. Empezando desde tu interior, ser uno contigo, controlar tus emociones, tus sentimientos y pensamientos. Ser el virus que ponga punto final a tu vida y le de sentido de un nosotros, una absurda mentira, donde solo vivirás por mi y nada más que por mi, creyendo en un nosotros hecho de fantasía. Serás mi vida y creerás que mi vida es tu vida, mis crímenes, los tuyos, mis pecados, los tuyos, mi perversión, la tuya, seremos uno, uno para siempre, para toda la eternidad y el resto que nos permitamos vivir. Tú y yo alejados de todo, de la vida del tiempo y del espacio. Escondidos en un lugar donde nadie nos moleste y podamos crear una de las más lindas y patéticas historias de amor jamas contadas.
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