El rojo ardor de tus labios, quema mi piel viva
como el hielo de mi alma, quema mis entrañas
el sol, un ente apagado y la luna, energía cautiva
testigos de mi diario vivir y mis absurdas hazañas.
Corriendo en círculos, yo no logro despertar
de esta agria pesadilla que no me deja descansar
es tu suave y dulce andar el que no me permite soñar
y como una pesada ola sacude mi tranquilo bienestar
Sombra de crudos atardeceres, deja de ser mi compañía
termina este juego cruel, ponle fin a mi melancolía
serpiente malévola, retorna a tu guarida sin energía
Dejame solo te lo pido, yo ya no quiero de ti saber más
me deprimes con tu canto de arpía y yo ya no quiero oírte más
libramé de tu presencia y hazmé un favor, el ya no verte más.
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